Alerta en el turismo: plazas disponibles para alojamientos bajan más de 20%
Cierres de hoteles, reconversión a departamentos para arriendos o para oficinas y ventas de inmuebles explicarán una menor oferta de lugares para pernoctar el próximo verano.
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La industria del turismo en Chile aún resiente las consecuencias del complejo cuadro que representó el estallido social en octubre de 2019 y luego la crisis sanitaria del Covid-19. Desde comienzos de 2020 -y en los veranos siguientes-, la caída abrupta en la demanda y la imposición de restricciones de movilidad pusieron a prueba la capacidad y creatividad de los establecimientos del sector para mantener sus operaciones y, como contracara, hoy se ha reducido la cantidad de alojamientos.
Si las camas disponibles en la temporada alta de 2019 y 2020 promediaban 280 mil, un informe de Fedetur precisa que en enero-febrero de 2022 sumaron 206 mil y en los mismos meses del presente año unas 218 mil.
La situación es la misma para temporada baja de marzo a diciembre. En 2019 el promedio era de 264 mil plazas de alojamiento, mientras que dos años después se redujeron un 24% y en el ejercicio en curso un 22% menos.
Tomando como referencia los datos de septiembre pasado, Arica y Parinacota es la región más afectada con un 42,1% de disminuciones en camas disponibles, seguida de Magallanes, con un retroceso de 25,9%; Metropolitana, con uno de 25,6% y Antofagasta con una caída de 23,7%. Las menos afectadas son O’Higgins, con un 10,4% de disminución; y Tarapacá, con un 10,7%.
¿El problema? No hay pasajeros. “Estuvimos sin movimiento hasta octubre del año pasado, porque fuimos de los últimos países en levantar las restricciones en las fronteras, y eso nos generó un rezago en la demanda”, explica la vicepresidenta ejecutiva de Fedetur, Helen Kouyoumdjian.
La situación de Chile dista de lo observado en Argentina, Uruguay y Colombia, que ya recuperaron del todo a los turistas tanto de negocios como recreativo. Incluso, la nación cafetera es caso especial, pues está 23% sobre las cifras prepandemia en un marco donde “nunca tuvieron restricciones de fronteras”, dice la dirigenta.
Helen Kouyoumdjian, vice pdta ejecutiva Fedetur. Alberto Pirola, pdte Asociación de Hoteleros. Verónica Pardo, subsecretaria de Turismo. Fotos: Julio Castro y Archivo.
Cambiar el giro
Uno de los cambios que contrajo la oferta fue el cambio de giro de los departamentos turísticos, que explica Kouyoumdjian estaban registrados en Sernatur. Probablemente, dice, muchos “cambiaron de giro y se fueron a arriendos de larga estadía y permanentes”.
Y si bien espera que la demanda pueda ir generando necesidad de mayor oferta, cree que “hay muchos establecimientos de alojamientos turísticos que tuvieron que acceder a créditos que hoy los están pagando. Algunos podrán volver a entrar al circuito y otros tendrán que cerrar, porque no han tenido flujos; este es un proceso que no ha terminado, por eso hay que seguir observándolo”, comenta.
Otro ajuste lo explica la decisión de algunos establecimientos de cerrar parte de sus dependencias. “Si tienen 100 habitaciones, optan por tener en función 50, porque esa es la demanda que hay y la otra mitad la tienen cerrada a la espera de una mayor demanda”, señala la dirigenta.
En este contexto de cierre y reconversiones a departamentos u oficinas, el presidente de la Asociación de Hoteleros de Chile, Alberto Pirola, dice que solo sabe de dos proyectos que se están desarrollando en materia hotelera en Chile, uno en el aeropuerto de Santiago y otro en La Serena.
“Son proyectos importantes de más de 100 piezas, eso muestra el momento que vive el sector hotelero que no logra recuperar los niveles prepandemia. Incluso hay empresarios que quieren cambiar su actual negocio de cabañas para redestinar el terreno a otro uso de suelo y levantar torres de departamentos”, relata el dirigente, quien señala que de cara a la temporada alta existe un promedio nacional de 65% de ocupación en la zona norte y entre un 50% a 60% en la zona sur.
Fenómeno global
La subsecretaria de Turismo, Verónica Pardo, reconoce el impacto de la pandemia en la baja en disponibilidad de camas en Chile y el mundo al constatar que “se perdieron empleos y micro, pequeñas y medianas empresas tuvieron que cerrar. En Chile la afectación a la industria fue importante”.
Eso sí, menciona que “las residencias sanitarias fueron un factor que permitió a muchos seguir funcionando durante este período tan difícil. Tras la pandemia se experimentó una disminución en las plazas disponibles y pernoctaciones, pero se trata de un fenómeno que se está registrando en otros países del mundo”.
Pero se muestra optimista del futuro. Y, de hecho, menciona que en septiembre las llegadas de turistas desde mercados como Brasil y Estados Unidos ya superan los niveles de prepandemia.
En términos de ingresos totales, aún persiste un déficit del 17,1% en comparación con los niveles de 2019, lo que se ve influido por factores externos como las condiciones económicas del país emisor, como es el caso de Argentina, sostiene la autoridad.
Pardo destaca que la pandemia dejó cambios positivos. “Ahora -dice-, sabemos que los turistas prefieren las actividades al aire libre y eso nos permite posicionarnos como un destino de naturaleza a nivel mundial”.
Ante ello, destaca el trabajo entre el sector público y privado para “armar el turismo en torno a esta experiencia, haciendo crecer toda la cadena productiva a los mismos niveles que se están recuperando los mercados más importantes del mundo”.